El año 2020 ha sido el año de la transformación digital para muchas compañías. A pesar de que pueda parecer algo tardío, son muchas las compañías que dos décadas después de la irrupción de internet en la sociedad no estaban aún adaptadas a cuestiones como el trabajo en la nube, el teletrabajo, el uso colaborativo de documentos o, mucho más en la superficie, las comunicaciones ágiles entre empleados, proveedores, clientes y demás actores del entorno laboral.
La situación de pandemia acontecida durante el año 2020 pilló a muchas compañías mucho más lejos de lo esperado de la optimización o de una transformación digital de la que algunas llegaban incluso a presumir. Sin duda, los acontecimientos propiciaron una transformación en muchos casos casi forzosa, teniendo que adaptar infraestructuras, sistemas y tecnologías al teletrabajo en un tiempo récord y sobre los hombros de equipos enteros de personal informático.
Unas más que otras, las compañías y sus empleados vieron cómo las metodologías de trabajo cambiaban, sustituyendo redes locales por discos virtuales, reuniones por videoconferencias y hasta los descansos del café por un ratito de chat.
La transformación digital en Mediapost
En el caso de Mediapost, por suerte, la transformación digital se había presentado como oportunidad hace ya unos años, con importantes impulsores y vectores del cambio como los equipos internos dedicados a la tecnología y a la inteligencia de datos y de negocio. Sin embargo, los grandes cambios del histórico 2020 favorecieron aún más una transformación ya iniciada en el pasado y que debía culminar.
Desde el año 2019, en Mediapost, se había optado por la implantación de metodologías ágiles que sin duda han resultado de gran utilidad, facilitando la velocidad de adaptación de la compañía y del conjunto de sus colaboradores. Del mismo modo, la jerarquía se transformaba en una redarquía, más propensa a la toma de decisiones rápida y a la innovación.
Desde el punto de vista estrictamente tecnológico, 2020 ha supuesto un año de transformación profunda en Mediapost. Mediante la implantación de la suite de Microsoft Office 365 y las soluciones en la nube de Microsoft Azure, los colaboradores de Mediapost han sido capaces de adoptar el teletrabajo sin costuras ni límites, más allá de algún pequeño conflicto con webcams y micrófonos poco acostumbrados al uso. De esta manera, la comunicación en las 10 delegaciones, tanto entre sí como con los hogares de los (tele)colaboradores, ha sido más fluida y continua que nunca.
Las recientemente estrenadas instalaciones de las delegaciones Central (Madrid) y de Barcelona, además, han contado desde su concepción con la última tecnología, dirigida especialmente a proveer a nuestros clientes de servicios como la consulta de stocks en tiempo real o la visibilidad continua sobre su mercancía.
Todo este revuelo tecnológico, sin duda, debía ir acompañado de un exhaustivo control en el marco de la ciberseguridad. Con el objetivo de proteger la integridad de la información, de los equipos y las personas que formamos Mediapost y de sus clientes y proveedores, se han configurado metodologías de respuesta rápida y equipos dedicados a la prevención de riesgos en ciberseguridad, lo que ha hecho a la compañía ganar en fiabilidad a pesar de la atomización derivada del teletrabajo.